Salón Chino

Siguiendo la moda de la época en la que se construyó este palacete, en la que la nobleza estaba subyugada por todo lo que venía de Oriente, no podía faltar en el mismo un Salón Chino. Este espacio es un maravilloso recinto cuadrado de 49 m2 cuyas ventanas dan al patio interior y todas las duquesas de Holguín lo han utilizado como salón de recepción de las visitas.
Decorado por completo en tonos turquesa y crema, las paredes están forradas en cajas rectagulares de seda clara con dibujos de pavos reales multicolores volando entre elaborados ramajes, ribeteadas con un cenefa azul real. El suelo, al contrario que en los muros, lo conforma un baldosado de mármol turquesa con una intrincada cenefa oriental en beige muy claro que bordea todo el perímetro. En el centro, un rosetón de hojas con un anagrama chino que representa el símbolo de la doble felicidad.
La cubierta, al igual que las del resto de las salas de esta planta, es plana con curvaturas que se unen a la pared mediante un zócalo de yesería –pintado en crema y decorada a intervalos de dos metros con símbolos chinos, en este caso–, mientras que el cielorraso sigue la pauta del conjunto, decorado en color turquesa con dibujos geométricos dorados y garzas en vuelo diseminadas por el mismo. Una araña de doce brazos de la Real Fábrica de Vidrios y Cristales de la Granja, diseñada por el maestro alemán Juan Eder en 1775, está repleta de cristales planos de impecable factura, completa el conjunto.
Sobre el suelo, cuatro grandes y valiosos dragones Panlong enroscados, de cobre oxidado, se encuentran apostados en cada rincón de la sala representando a los cuatro Reyes Dragones principales y que personifican a cada uno de los cuatro mares del país: el Mar del Este (correspondiente al mar de China Oriental), el Mar del Sur (mar de la China Meridional), el Mar del Oeste (considerado el océano Índico) y el Mar del Norte (al que se identifica como el lago Baikal).
Las tres mesas lacadas con escenas tradicionales, de la dinastía Qing, y los nueve sillones Taishi tapizados en azul real, que antes estaban apostados en las paredes, se han colocado en forma de «U», dejando el rosetón visible en el medio, para aprovechar el espacio como sala de reuniones para consejos de administración y similares. Dos vitrinas de la misma época y hechura están situadas en la pared sur, junto a la puerta de acceso al recinto, desplazada a la izquierda, soportan una exclusiva colección de teteras y porcelanas de la dinastía Ming. En esta sala también estaban situados los dos aparadores gemelos que Ana ha trasladado a la biblioteca, evitando así el antiguo abigarramiento del espacio.
Los vanos de las dos ventanas cuadradas –de 2 x 3 m, con falsos balcones de forja y contraventanas de cortinilla de madera blanca–, están rematados en forma de falso arco de medio punto solo en el exterior, mientras que en el interior están cubiertas por cortinajes, del techo al suelo, de seda dorada y bandós rematados con borlones.